Lo artesanal como decisión estética.
Elegimos lo artesanal no solo por cómo se hace, sino por lo que transmite. En un mundo saturado de lo inmediato, producir a mano es un acto de pausa. Es un lenguaje visual en sí mismo: las texturas, las pequeñas irregularidades, los puntos visibles del tejido, los colores que no son perfectos pero son únicos. Lo artesanal no compite con lo industrial. Habla otro idioma.